lunes, 25 de enero de 2010

Salvador Cabañas

Ojo de Gato
Guillermo Manzano

De lamentarse lo ocurrido al jugador profesional de futbol, Salvador Cabañas. Siempre una agresión es motivo de condena. Pero, ¿qué hubiera pasado si la víctima hubiese sido ‘Juan Pueblo’? ¿Se le daría todo el espacio noticioso como ha sucedido con el caso del futbolista? ¿Apenas se dieron cuenta de la corrupción que hay en los giros negros del país? No sé. Pero me parece más grave que se encuentre en Veracruz un cuerpo femenino descuartizado a la agresión del deportista. Ojo, dije más grave.
El ‘Caso Cabañas’ es similar al de las nalgas de Alejandra Guzmán. Tal parece que las autoridades sólo se mueven cuando algún famoso es la víctima. Se recuerda aun la muerte del conductor televisivo Francisco (Paco) Stanley, la andanada de epítetos que los jilgueros de TV-Azteca lanzaron en contra de las autoridades del Distrito Federal no tiene parangón. En tono exigente pedían cuentas y se alzaban con todo el poder que otorga tener un micrófono a la mano. Ojalá, en esta ocasión, no pase algo similar.
Salvador Cabañas fue víctima de la corrupción, de la inseguridad que prevalece en buena parte del país. Pero no es el primero ni será el último. Hoy le tocó a él, mañana será a otro. Esa es la constante de la violencia que vivimos. Nadie está seguro. Basta abrir las páginas de nota roja de cualquier periódico del país para constatar lo afirmado. La sociedad es rehén del crimen y no hay gobierno. Duele, molesta reconocerlo, pero la realidad se impone.
Tal parece que tendremos que cambiar ciertos hábitos. Pensar más de una vez en salir a tomarse una copa. La violencia se puede presentar en una piquera, en una cantina o en un bar de lujo. Para el caso es lo mismo, no hay seguridad. Por supuesto que los prestadores de servicios verán afectados sus ingresos. Meseros, taxistas, vendedores de comida y todo ese mundo nocturno que hace de la diversión de los otros, su modo y forma de vida.
¿Habría sido Salvador Cabañas víctima si el antro hubiera cerrado a la hora marcada por las autoridades? Quién sabe. Es caer en el terreno de la especulación. Pero violar la normatividad no es privativo de los centros de diversión de la capital mexicana. En cualquier rincón del país se tuerce la ley. Lo sabemos. Lo vivimos. Lo toleramos. Todo hasta que uno no sea la víctima o, como en este caso, sea un personaje público.
El drama puede convertirse en tragedia. Pero no creo que se haga algo por cambiar la situación. En México casi todo es corruptible. Las mismas autoridades están vinculadas y coludidas. En una semana será historia y todo vuelve a la ‘normalidad’. La familia vivirá su luto. Quizá y sólo quizá, los aficionados del América lo recuerden. Pero de ahí no pasará. Nuestros gobiernos han perdido y nosotros hemos perdido más. ¿Alguien se acuerda de los 49 niños quemados en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora? Lo pregunto porque apenas pasó en junio pasado. ¿Hubo justicia? No. ¿La habrá para la familia de Salvador Cabañas? No. El guión está escrito: ‘las autoridades detuvieron al agresor del futbolista del América. Se pide la pena máxima para el criminal’. ¿Será creíble que realmente sea el agresor o sólo un ‘chivo expiatorio’ para calmar a Televisa por la pérdida de uno de sus activos? Ya veremos, ya veremos…