lunes, 22 de junio de 2009

UNIVERSITARIOS 1

Cosas Pequeñas
Juan Antonio Nemi Dib


La bronca era previsible. El próximo 27 de julio, apenas dentro de 36 días, la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana hará público si ratifica a su actual Rector y lo mandata para un nuevo periodo de gestión de 4 años o elige a otra persona para sustituirlo. El tamaño de la universidad –una de las más grandes del País—, su alumnado –más de 70 mil estudiantes, en todos los niveles y modalidades—, su presupuesto –equivalente al de seis o siete grandes ayuntamientos juntos—, su plantilla profesional –casi 6 mil docentes, de los que unos 800 pueden presumir en el currículum de un doctorado o su equivalente—, su presencia regional en el Estado –5 campus en 26 municipios, con 74 facultades, 22 institutos y 8 centros de investigación— y el prestigio académico que acompaña la trayectoria de algunos predecesores –Gonzalo Aguirre Beltrán, Fernando Salmerón, Rafael Velasco, por ejemplo—son, entre otros, los factores que explican el interés que despierta esta cuasi vacante laboral.
“La convocatoria para elegir o reelegir al rector de la Universidad Veracruzana no es un proceso político, razón por la que cualquier académico que reúna los requisitos puede aspirar” dijo el Rector, Raúl Arias Lovillo. Arias dejó en claro que “le gustaría continuar con el proyecto académico que inició hace cuatro años, siempre y cuando la comunidad estudiantil, académica y de investigadores así lo avale”. Agregó que este proceso-convocatoria, no es de ‘auto propuestas’, sino que un grupo de nueve académicos de la Junta de Gobierno revisará las proposiciones de la comunidad universitaria. "Y si ese grupo tiene a bien proponerme –dijo— pues es obvio que yo estoy preparado para darle continuidad al proyecto académico que venimos desarrollando hace muchos años".
“La figura del actual Rector de la Universidad Veracruzana tiene características positivas que permiten llegar fácilmente a la conclusión de que debe tener una nueva oportunidad de cuatro años para dirigir el destino de la UV; tiene una visión muy clara de lo que debe hacerse en la Universidad, y eso es suficiente para justificar su continuidad en la Rectoría”, dijo el Defensor de los Derechos de los Universitarios de la casa de estudios, Emilio Gidi Villarreal. Este respaldo no es poca cosa, tomando en cuenta que, además de prestigiado jurisperito con impecable historia profesional y muchas simpatías en el medio, el doctor Emilio Gidi fue el artífice y gestor de la autonomía universitaria.
Antes de que apareciera la Convocatoria de la Junta de Gobierno, el dirigente de los trabajadores académicos se pronunció a favor de la reelección de Arias Lovillo. El Secretario General de la FESAPAUV, Enrique Levet, dijo que el actual Rector “ha realizado un excelente trabajo, por lo que le deben permitirle reelegirse por un periodo de cuatro años a partir del mes de agosto”. Aseguró que “está haciendo un excelente papel, a tal grado que ha logrado resolver problemas que tenía la UV en el aspecto cualitativo. Pero sobre todo se ha avanzado en la consolidación del modelo educativo integral y flexible, que era uno de sus retos al asumir la Rectoría.”
Francisco Monfort Guillén piensa diferente. Formado en instituciones europeas de excelencia, autor de numerosas publicaciones reconocidas, agudo analista que recientemente concluyó su gestión como Secretario Ejecutivo del Instituto Electoral Veracruzano, dijo que “se tiene que pensar en una nueva concepción de lo que es la gerencia de la Universidad y lo que es un liderazgo que vea el futuro y que no quiera simplemente administrar el continuismo.” “Hasta ahora –afirmó— pareciera que el éxito o fracaso de la Universidad dependen de una sola persona, y yo estoy en contra de ese tipo de liderazgo porque quienes deben recibir el éxito de estos logros son los maestros y estudiantes. En ninguna universidad importante del mundo el rector es la figura central, sino los maestros, porque las universidades siempre tratan de allegarse a los maestros más capaces, con mayor prestigio y cualidades, aseguró. Mencionó que la permanencia de una persona por tantos años en el puesto es nociva para cualquier institución. “Si en todos los años que ha sido la segunda y primera autoridad no ha logrado una transformación seria de la institución, darle más años de poder es insano.”
Rafael Arias Hernández, ex Secretario Académico de la Universidad, ex Director General del Instituto Veracruzano de Cultura y responsable del Comité de Planeación (COPLADE) dice que la “Universidad Veracruzana está secuestrada en manos de sus autoridades, con excelentes sueldos y pocas obligaciones; las instituciones públicas no pueden estar secuestradas por pequeños grupos que les va muy bien". Hace un par de semanas le hicieron la entrevista que estoy citando y le preguntaron si buscará de nueva cuenta el rectorado, dijo que aún no había tomado una decisión pero que “haría un mejor trabajo que Arias Lovillo”.
En MILENIO se lee: “La diputada priísta Clara Celina Medina Sagahón comunicó que luego de que un grupo de estudiantes y académicos le ofrecieran proponerla como contendiente para la Rectoría de la UV, estaría dispuesta hasta a dejar la curul para llevar el proceso renovador a la casa de estudios. Esto en un segundo intento, ya que contendió contra Raúl Arias Lovillo hace cuatro años, junto con Rafael Arias Hernández, por lo que dijo que aceptó de inmediato. Dijo que su vida siempre se ha desarrollado desde la academia, por lo que como maestra de tiempo completo e investigadora de la UV y ex Vice Rectora, luego analizar la situación consideró que sería lo correcto contender.” De inmediato recibió el apoyo incondicional de su colega diputado Sergio Vaca Betancourt, de Convergencia: “ojalá que se le dé la oportunidad”.
El debate apenas empieza pero ya llegó al Congreso Local. El panista Jesús Remes Ojeda Remes Ojeda “acudió a la tribuna para realizar un pronunciamiento respecto del proceso de designación de Rector en la máxima casa de estudios… Denostó al destacado historiador Félix Báez Jorge cuando dijo: ‘Solía dormir o no estar presente cuando ocupó un puesto público federal’. Aprovechó su intervención para promover a la diputada local Clara Celina Medina rumbo a la Rectoría…, pero calificó el actual proceso de ‘Gorilismo, capaz de imponerse en una transición que no trae democracia’. También insultó la figura del historiador Enrique Florescano, a quien se refirió como ‘un maestro emérito y magnánimo’”. No fue muy lejos por la respuesta: la diputada Margarita Guillaumín, del PRD y otro del PRI le respondieron exigiéndole respeto a la autonomía universitaria. Alberto Olvera, destacado investigador de la UV, ha exigido al diputado Remes que se retracte y al PAN que fije su posición respecto de lo que considera un exabrupto que ofendió a los universitarios, al hablar de “gorilismo y prostitución”. Esto apenas empieza.
Al margen de las personas, los elogios y las diatribas, la Universidad tiene fortalezas y retos. Hablaremos de ellos la próxima semana.

viernes, 19 de junio de 2009

La margarita electoral

TIERRA DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez

¿Votar o no votar? ¿Votar en blanco, rojo, azul, amarillo o de tutifruti? O mejor hacernos de la vista gorda –¿podremos en un país con alto índice de obesidad?-, para que continúen y de una buena, digo, mala vez terminen de desinflarnos la vida, secándonos los bolsillos y pasemos otros muchísimos más a la lista de pobres y jodidos muertos de hambre. Pos de tanto bombardeo mediático, la verdad es que ya no sé ni pa’ dónde mirar, ni pa’ dónde ir y ni siquiera si quedarme quieto. ¡Ah qué pinche país! Y quien quiera por lo menos esclarecer tantito su mente al menos tan sólo para el próximo 5 de julio, no más acérquese a cualquier medio y ahí le dirán de qué lado masca la iguana; claro, todos dando sus razones, llevando agua pa’ su molino, y unos que otros en realidad con el afán único de reflexión. En mi caso, he leído una docena de notas, columnas y artículos que sólo con los títulos que a continuación transcribo quizás les sirva de algo a mis lectores fans: “Mi voto en blanco”, “Anular el voto”, “¿Para qué sirve el voto nulo?”, “Votar no/no votar”, “¿Votar? Yo, sí” y un considerable etcétera. Vaya, hasta desplegados, como aquel del Grupo Anulo mi Voto de Guadalajara, Jalisco: “Para políticos nulos no queda más que votos nulos”. El mismísimo Alejandro Martí y diversas organizaciones ciudadanas –razones les sobran- convocan al “Mi voto por tu compromiso”.
Ante el tsunami de atrocidades que vivimos, es necesario que gritemos, sólo que hay que tener cuidado. Porque, mientras, un grupúsculo de buitres nos están comiendo el mandado; digo, nos están desgraciando al país y poquito falta para que lo anulen, lo desaparezcan del mapa y tan sólo seamos… ¿qué seríamos? Poco menos que nada. ¿México desaparecido?
Por eso me uno a los que algunos -¿ya muchos?- piensan que es preciso y urgente la movilización ciudadana permanente, aparte del voto que queramos dar, pos eso es pedo de cada quien, porque como lo dijo Germán Dehesa, “cuando de votar se trataba, todo mundo (incluido yo) nos decía que la boleta era la gran herramienta de la democracia. Quizás lo sea, pero en este universo donde todas las opciones están degradadas y conducen a la frustración, la democracia tiene que ser anterior y deberá implicar el trabajo diario de los ciudadanos. Así pues, lectora lector querido, les diré lo que nos han dicho siempre: ya mero llegamos, pero todavía no; todavía falta un poquito. Necesitamos que en el horizonte se pierdan el arrabiado PRD, el sutil PAN y el intolerable PRI”.
¿Tons qué, mami? ¿Por quién votar? ¿O mejor anular? ¿Dejar caer las lágrimas de una margarita electoral que al deshojarla sólo nos diga realmente más pan con lo mismo, lo que todo México padece –que no vive- día a día desde hace mucho tiempo”. Porque como señaló Julio Hernández López, “el futuro de la vida pública nacional no pasará por las urnas (no ha pasado) ni los resultados electorales lo determinarán (no lo han determinado), sino por la capacidad de movilización y respuesta de la sociedad ante los abusos criminales de la clase política que ha secuestrado el ánimo cívico y la posibilidad de participación restauradora. Pero esa clase política y esas instituciones continuarán haciendo lo mismo que hasta ahora mientras los ciudadanos continúen sólo en la queja y la condolencia, criticando sin organización y cayendo en las trampas circunstanciales del color de su voto o de la anulación de una opción que en lo esencial está sabidamente anulada. Luchar a fondo, más allá de las urnas y contra la podredumbre política, es el único color posible en esta hora aciaga, hágase lo que se haga, en lo inmediato, con una papeleta devaluada y unos comicios desfondados”. Tan tan.
De cinismo y anexas
* El próximo 5 de julio chance invite a unas lindas mujeres de buen ver –aquí el color no importa-, y espero convencerlas para que en una obra de caridad desfilen sonrientes y chenchualonas por las calles de Xalapa para levantar los ánimos del electorado en el momento de su voto de cualquier color. Ah, espero también convencer a chicos de buen ver y, desde luego, a homosexuales, travestís, transexuales y demás; digo, pa’ ser democráticamente parejos. Y todos felices, por lo menos un día.
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

miércoles, 17 de junio de 2009

PALABRAS

Cosas Pequeñas
Juan Antonio Nemi Dib

“He oído todas las cosas en el
cielo y en la tierra. Y he oído muchas cosas
en el infierno.”
Édgar Allan Poe

Hay un ensayo maravilloso de Álex Grijelmo –“La seducción de las palabras”, se llama— que más pronto que tarde será reconocido como un clásico del análisis lingüístico. “El más inteligente de los monos es incapaz de hablar, pero el más estúpido de los humanos podrá hacerlo aunque se analfabeto, porque el habla forma parte de una esencia innata, y la adquisición del lenguaje, el primer aprendizaje, no tiene relación directa con la inteligencia”, afirma en el primer capítulo.
A él quería referir estas líneas, a su convicción, basada en los análisis de Noam Chomsky, de que “la capacidad del habla se debe a la dotación genética del ser humano y, como explican los psicolingüístas, en lo esencial está impresa en el genotipo de nuestra especie”. Según mis planes, utilizaría su tesis de que “…las palabras que oímos desde niños, que escuchamos a nuestros abuelos, que leemos y acariciamos, son cerezas anudadas siempre a otras, y aunque las separemos con un leve tirón de nuestros dedos, mantendrán el sabor de sus vecinas, nos enriquecerán la boca con la savia que han compartido y se han disputado” para celebrar la herencia genial que significa nuestro idioma.
Preví que me solazaría escribiendo sobre las palabras como vínculo, como factor clave de integración en la sociedad y como herramienta eficaz para el encuentro, el acuerdo, la conciliación y, en términos muy prácticos, para la buena convivencia –de padres e hijos, de hermanos, de enamorados y amantes, de colegas, de vecinos, de gobernantes y gobernados—, en suma, sobre la palabra como poderosa arma de bien, constructiva y útil para todos.
Dudé sobre abundar en las palabras fáciles, las falsas, las destructivas, las usadas con ligereza e irresponsabilidad, las que justifican y excusan en lugar de proponer y acercar, las que acusan sin sustento, las inciertas, las sinsentido, las que distorsionan, alejan, agravian, enconan y destruyen, las que se dicen, se dictan o escriben rápido y de corrido sin medir consecuencias, las que incluyen promesas sabiendo que no serán cumplidas, las que no podrían estar anudadas –como las cerezas Álex— con honor, honra, decencia, respeto, sinceridad, bondad, servicio, gratitud, afecto, equidad, justicia, lealtad, cooperación, mesura, diálogo, certeza, convicción, acuerdo, autocrítica, compasión…
No estaba convencido de profundizar en este último aspecto precisamente porque mi idea, surgida leyendo a Grijelmo, era el elogio de las “buenas palabras”, una oda del lenguaje en el sentido más humano de la palabra, el lenguaje confiable, lleno de contenido, el lenguaje que suma, el que nos acerca y que nos hace representantes de una especie presuntamente “superior” al resto, que nos permite compartir las emociones y los propósitos más íntimos, es decir, el lenguaje que propicia sueños colectivos que pueden convertirse en realidades, que anticipa mejores sociedades, más justas, más armónicas, con menos sufrimiento y con optimismo fundado, es decir, comunidades bien organizadas de mujeres y hombres justos, con esperanza y gusto por la vida.
En esas divagaciones –propias de cada fin de semana en que pergeño mis letanías— me encontraba cuando recibí el artículo de Pepe Ferrer. Su entrega se llama “Estado Subrogado” en clara alusión a la tragedia en la guardería de Hermosillo. Comienza así: “No son pocas las áreas en las que, por ineptitud, negligencia o corrupción, el Estado mexicano ha abdicado de su responsabilidad. Son porciones en educación, salud, trabajo, economía, seguridad e, incluso, tramos enteros de la administración pública convertidas en tierra de nadie. Mejor dicho, transformados en cotos de poder, cedido o arrebatado al Estado, en disputa o bajo el dominio y la ley del más fuerte. A la larga, sin excepción, son fuente de riesgo y acecho crónico para el Estado en su conjunto y de abandono, precariedad y permanente indefensión ciudadana.”
Su tesis parece irrebatible. “Estado”, como ente jurídico, también se refiere a los 3 niveles de gobierno y a los 3 poderes en su acepción republicana en interrelación con las personas, la hegeliana sociedad civil. Visto bajo esa perspectiva y desde cualquier ángulo que se le analice, México está en serios problemas en casi todos los ámbitos de la vida nacional.
La vida de las naciones es el resultado de grandes esfuerzos. Ningún país —presente o pasado— podría presumir, en mayor o menor medida, de una historia sin penurias, sin dolores, sin dificultades, sin llanto y sin problemas. Es cierto que unos la tienen más fácil que otros gracias a su ubicación geográfica, a sus recursos naturales, a los esfuerzos de su gente, a la creatividad y constancia, al sentido de innovación y a la habilidad para aprovechar oportunidades. Es cierto que, si de trata de medir niveles de desarrollo, unas naciones han sido más exitosas que otras en la construcción de oportunidades, en la protección de los derechos sociales y, por supuesto, en la consolidación de sistemas institucionales que funcionan y leyes que se respetan y se cumplen.
Pero también es cierto que esos éxitos se vinculan directamente a la voluntad de las personas, al deseo expreso de vivir en comunidad y hacerlo de la mejor manera posible: gozando de libertad, de respeto y de los medios necesarios para crear y crecer –como individuos y colectivamente—. Esto implica renuncias y compromisos: limitar excesos en el disfrute de los derechos para evitar que se conviertan en privilegios, cumplir íntegramente las obligaciones incluyendo impuestos, trabajo comunitario, etc. Sin la acción de la gente, las instituciones no pasan de ser engendros teóricos inútiles y las palabras, recipientes vacíos. En este escenario, queda claro que harán falta muchas buenas palabras para cambiar el rumbo y darle viabilidad a México. Aunque es obvio que, en medio de la tormenta, por sí mismas y sin hechos que las acompañen, las palabras sirven poco o nada. Parece que llegó el momento de hablar bien y actuar mejor.

antonionemi@gmail.com

martes, 9 de junio de 2009

De piratas, puercos, peste y elecciones

Tierra de Babel
Jorge Arturo Rodríguez

Razón tiene el monero Nicanor cuando uno de sus personajes lee el titular de un periódico y expresa que en México se pagan los más bajos salarios; a lo que otro le comenta: “¡Pero no dicen que también están los más altos salarios en gobernadores, funcionarios, diputados, senadores, los del IFE, etc., etc.!” Y la viejecita del puesto que vende los diarios afirma: “¡Y dejen de sus sueldazos… lo que ganan aparte con sus movidas!” Chin, pero la democracia va, esta democracia a la mexicana que se caracteriza por tener siempre los mismos actores, y si no, ahí están los parientes. Como lo asienta un artículo del suplemento “Enfoque”, de Reforma, “Diputados: fuero o impunidad: personajes con cuentas pendientes, parientes de gobernadores y políticos reciclables. Esa es parte de la oferta de los partidos en estas elecciones”. ¿A poco?
Pero contentémonos, no estamos tan mal; sólo sufrimos un poco de influenza, otro tanto de pobreza y un poquito más de corrupción e impunidad. Vendrán tiempos mejores, dijera mi abuelo ya muerto hace quince años. En realidad, el problema está allá afuera, en otra parte. Aquí en México, la vida es bella y el show debe seguir. No importa que vengan los mismos de siempre, o sus júniors, hermanos, esposas, amantes, cuñados y etcétera. Vaya, que “cuando uno habla de piratas, puercos y pestes, no está claro si se refiere a los que están ‘allá’, o a los de aquí adentro”. (La Jornada/13 de mayo/09).
Allá afuera, ¿los piratas regresan al escenario?, ¿los puercos atacan?, ¿una peste surca el mundo? Cómo se ve que no conocen México, donde desde hace mucho ha habido piratas –incluidos aviadores-, puercos y una peste provocada por ratas de dos patas –Camus se quedó corto-. Y en tiempos electorales, surgen más males, se presentan más brotes de enfermedades seudo políticas, como la “rabia paralítica” –donde no más se ladra pero no se muerde, porque perro no come perro- que se caracteriza por presentar síntomas nerviosos como trastabilleo al caminar, andar en círculos, falta de apetito y sed, postración y a veces la muerte. ¡Sí! Tal es el padecimiento de los candidatos a diputados federales en sus aburridas, por insustanciales, y mecánicas campañas. Pero ni ellos se la creen. Sólo son retoques digitales pa’ mañana mandarnos a la chingada y ahí se ven, ellos ganando un dineral, regalías, vales, movidas y demás. El teatro ya está instaurado, sólo faltan los actores marionetas… ¿Y el pueblo? Pos PAN y PRI; o lo que es lo mismo, pan y circo.
¿Qué hacer con este país?
Tal parece que aquí se vale todo y todo vale pura madre. ¿Qué hacer con este país? Ojalá el Vaticano emita “Diez Mandamientos para un Buen País”. Seguro que encajaría requetebién aquí. Pero, ¿quién los acataría? Quizás tan sólo el “No robarás ni de noche ni de día, sino todo lo contrario”.
Mi admirada Lydia Cacho, en su artículo “¿Qué hacer con este país?”, plantea: “Lo que sí sabemos es que si no nos informamos, no hay manera de indignarse y sin indignación sólo hay esclavitud y silencio. Cuando Televisa oculta en sus noticiarios las declaraciones de Miguel de la Madrid, o las violaciones de militares en Juárez; cuando vende silencio, lo mismo que noticias, nutre la crisis. Cuando nos quedamos sólo con la versión oficial nutrimos la crisis, alimentamos el miedo. Cuando creemos que persistir en mostrar a los poderosos corruptos es un circo inútil, les damos más poder para ser más corruptos. Cuando creemos que buscar la verdad es ser pesimista, o que criticar a un partido es ser partidista nulificamos el debate. Sí, habrá que seguir señalando, desentrañando la verdad, indignándose ante la violencia, la mentira oficial y la corrupción. Trabajar en cada espacio personal y comunitario es indispensable, pero no es sino con la búsqueda que se encuentran respuestas, alianzas, soluciones. Somos 104 millones de mexicanas y mexicanos, sólo 0.5% nos gobierna, pero la crisis y el miedo nos han hecho creer que nuestras vidas y nuestro futuro están en sus manos. ¿No es eso extraño?” (El Universal/18 de mayo/09).
No lo creo; es, sencillamente, cinismo crónico de parte de ellos y dejadez de parte nuestra. ¿Cuándo vamos a despertar?
De cinismo y anexas
* Ojalá a nuestros políticos y candidatos a puestos de elección, les apliquen siempre medidas para evitar la influencia, sobre todo que les pongan un tapa hocico pa’ que no anden tirando tantas promesas y tantas pendejadas. Dios nos agarre confesados.

miércoles, 3 de junio de 2009

"Tercer grado", ¿espejo de los mexicanos?

ERNESTO PARTIDA PEDROZA
EnlaceVeracruz212

Todos los miércoles por la noche se dan cita las luminarias del periodismo mexicano en Televisa en el programa llamado Tercer grado”.Joaquín López Dóriga, Dennis Maerker, Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva; Carlos Loret de Mola, Adela Micha, todos ellos conducidos por Leopoldo Gómez. Tercer Grado es la conjunción de los egos del periodismo, todos ellos opinan, sentencian, condenan o absuelven.
Cada sesión se convierte en la defensa de los puntos de vista de los periodistas, la soberbia se monta sobre ellos, la humildad la han desterrado, nadie le pregunta al otro, ¿Cómo llegaste a esa conclusión? Y cuando lo hacen, no es para aprender del otro, sino para tomar elementos del otro para descalificarlo.
Lo que piensa cada periodista al inicio del programa es con lo que salen del mismo. No hubo ningún cambio de los puntos de vista, nadie pronuncia las palabras: “Tienes razón”, “Reconozco que estaba en un error”, “Gracias por abrirme los ojos”.Estas frases no existen en el diccionario de las estrellas del periodismo.
Por supuesto que estos periodistas famosos tienen todo el derecho de pensar lo que quieran, el problema es que sus puntos de vista se proyectan a sus públicos. Tercer grado está hecho a imagen y semejanza del pueblo de México. La gran diferencia entre el pueblo y estos periodistas es que estos tienen mucha información, misma que usan para fortalecer el pesimismo del pueblo mexicano. Piensan que la condición del pueblo mexicano no puede cambiar y curiosamente la gran mayoría de la población piensa lo mismo, es por esta razón que el pueblo no se mueve hacia un cambio, porque están convencidos de que no se puede.
Así como hay políticos que mandan al diablo a las instituciones, también los periodistas mandan al diablo a la filosofía, la sociología, la antropología y a la psicología. Al hablar de los problemas sociales pasan por alto a las ciencias sociales y terminan solo hablando del más alto nivel del chisme político que no edifica a nadie. ¿Acaso se edifica un gran país con este tipo de programas? ¿Qué es lo que le aporta Tercer grado a México?
La gran ausente en estos periodistas es la humildad y en su lugar se monta la soberbia que creen saberlo todo y terminan por condenar a todos los políticos que no hacen lo que debería hacer. Si sumáramos a todos los públicos de cada uno de estos periodistas, serían varios millones, mismos sobre los cuales se influye de forma determinante.
Si estos periodistas pusieran un poco de humildad en su trabajo periodístico, harían un gran servicio a México. Podrían aprender que la capacidad potencial de los mexicanos es mucho más grande que los problemas que padecemos, podrían vislumbrar que los problemas tienen solución y harían lo necesario, periodísticamente hablando, para encontrar las soluciones.
Los periodistas son testigos de que manera los partidos políticos no se pueden poner de acuerdo para resolver los grandes problemas que padecemos los mexicanos, pero estos periodistas tampoco se pueden poner de acuerdo en una simple mesa de discusión en la televisión, ¿con que autoridad moral pueden exigir que los políticos se pongan de acuerdo?
La virtud más importante que un periodista puede tener, no es la información que posee, sino la capacidad para hacer las preguntas sabias para a quien tiene las ideas que pueden llevar a solucionar los grandes problemas nacionales. Si tan solo pudiera darse un cambio en estos periodistas, estos podrían influir en el cambio de muchos millones de personas, mismos que pudieran llevar al cambio del país. Solo hasta entonces podríamos hablar del cuarto poder.
Hoy el cuarto poder se pronuncia y no sucede absolutamente nada. Una vez que ese cuarto poder cambie, solo hasta entonces los hombres y mujeres que ocupan cualquier posición del poder público se pondrán a temblar.
PROPUESTAS DE CAMBIO PARA “TERCER GRADO”
Dado que el programa tiene mucha difusión en todo el país y que está en la cadena más importante, es recomendable realizar varios cambios en su formato y en su contenido para contribuir a mejorar las condiciones México. La primera recomendación es que dejen de tratarse los temas de la agenda de la semana, dicho de otra manera, que se deje de tratar lo urgente para darle paso a los temas importantes, dejar atrás los temas del chisme político y darle paso a los temas de fondo, tales como la inseguridad, la corrupción, la pobreza, la impunidad, etc.
Sugerimos que los temas se centren sobre el diagnostico social de la realidad mexicana, sobre como es el México que deseamos y por último, de que manera podemos construir los puentes que nos ayuden a transitar de la escena real a la escena ideal. ¿Es difícil hacer eso?
Por último, sugerimos darle voz a los grandes estudiosos de la realidad social, tales como a los filósofos, a los sociólogos, a los antropólogos y a todos los que tengan algo valioso que aportar para la construcción de un México distinto. Los periodistas harían solo lo que deberían hacer a la perfección: preguntar con sabiduría para recibir las respuestas sabias de nuestros grandes hombres y mujeres de México.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Programa “Robemos a los xalapeños”

EZEQUIEL CASTAÑEDA NEVÁREZ

Me niego a aceptar que mi amigo Edmundo Martínez Zaleta, Director de Tránsito y Vialidad Municipal de Xalapa, sea quien esté operando el Programa que ya ha sido bautizado por los ciudadanos de esta capital como “Robemos a los xalapeños”, consistente en despojar a los propietarios de vehículos automotores con grúas que no son propiedad del municipio en operativos permanentes.
Me gana el afecto a Mundo y, además de eso, reconozco que su inteligencia y su experiencia en el servicio público es superior a cualquier consideración adicional que lo pudiera llevar a aceptar, mucho menos a encabezar tan tremenda agresión en contra de los ciudadanos xalapeños. Vamos, como que ni siquiera por obedecer órdenes superiores lo haría Mundo.
Tampoco me suena que David Velasco haya estado de acuerdo en tan grave agresión a sus gobernados, a menos que alguien hubiera sorprendido su buena fe asegurándole que el mencionado Programa de grúas y de infracciones podría ser una de las soluciones al grave problema vial que vivimos en la capital del estado, lo que es absolutamente falso.
Algo raro está sucediendo en el municipio que puede resultar de graves consecuencias para la autoridad municipal si no da marcha atrás en esto que a todas luces es un grave error.
Lo cierto es que, sea responsabilidad de quien sea, de unos días a esta fecha, atrás quedaron para los xalapeños los temores a la delincuencia organizada, al contagio de la influenza humana, al desempleo y a la guerra sucia de las campañas electorales, entre sus preocupaciones, porque, de repente, se vio en la ciudad un inusitado activismo que borró todo por parte de personal de Tránsito municipal y de alguna empresa privada, para hacer perdidizos cientos de autos que, supuestamente, se encontraban estacionados en lugares indebidos y aparecieron en un corralón.
Además de esto, como si se hubiese destapado la caja de Pandora, por todos lados se ha visto a personal de Tránsito municipal levantando infracciones a diestra y siniestra en una franca agresión a los ciudadanos xalapeños, en su bolsillo y en su tranquilidad, que alguien debe frenar ya, antes que lo hagan los propios afectados.
No existe mayor frustración para un ciudadano, que encontrar de momento que su auto no está en el lugar en donde lo dejó y, tras el susto, enterarse que este se encuentra en un corralón por lo cual tiene que desembolsar seiscientos pesos por concepto del puro arrastre si quiere recuperar su auto. Guardadas las proporciones, esto equivale a un secuestro, por el cual se pide rescate.
Enojo más que justificado cuando la infracción -en caso de que se haya cometido- tiene que ver con la imposibilidad de encontrar un lugar para estacionarse “legalmente” porque la autoridad municipal no ha sabido o no ha querido encontrar soluciones a este problema, como parece ser el caso.
Los hechos bien podrían encuadrarse en delitos que debe conocer la Fiscalía Especializada en Delitos cometidos por servidores públicos y, si como se dice, participa una empresa privada o personal ajeno al municipio, puede tratarse de delitos del orden común que puede significar cárcel para más de alguno, porque se usurpan funciones que corresponden únicamente al municipio.
No creo que David ignore, mucho menos ahora que estuvo de visita en la ciudad modelo de Curituba, en Brasil, que es obligación de la autoridad proporcionar los servicios necesarios para la actividad de los ciudadanos que, en este caso, sería un lugar para estacionarse.
La falta de espacios para situar los vehículos en Xalapa es un grave problema que no ha podido solucionar ninguna administración municipal por falta de capacidad y de imaginación de los gobernantes; principalmente, por falta de voluntad, que es la razón principal, porque Tránsito y Vialidad es uno de los giros negros de la administración municipal y, como todas estas áreas, representa utilidades adicionales con la simple aplicación de operativos o de programas como el de “Robemos a los xalapeños” de las que debe ser difícil sustraerse porque se quebrantan muchas voluntades por obvias razones.
Pero hay que considerar que estamos en Xalapa, ciudad culta que merece otro tratamiento a sus padecimientos, que no incrementen su carga.
Existen lugares para ubicar los vehículos en Xalapa; muy limitados, pero los hay, por si no lo saben los responsables de Vialidad; solo que hay que ubicarlos y marcarlos, para permitir legalmente el estacionamiento y, después de que se agoten realmente las posibilidades, iniciar los operativos sin que se cometan delitos.
Todos los conductores de Xalapa sabemos en donde están los lugares para estacionarse y cualquiera de nosotros se los podemos señalar a la autoridad municipal, para evitar que esta se equivoque como lo viene haciendo al castigar indebidamente, como si esto fuera la solución al problema, además de que se han incrementado las sanciones económicas, con la clara intención, creemos algunos, de alejar la posibilidad de que el ciudadano cumpla con el pago de la infracción y se vea obligado a realizar actos fuera de la ley, que le resuelven momentáneamente el problema en lo individual pero que deja el problema de fondo.
Ni una ni otra de estas acciones son las recomendables, cuando estamos en una ciudad culta que prefiere se construya ciudadanía a través de programas efectivos, serios, aplicables, viables, en los que los habitantes participemos convencidamente; no con asaltos en despoblado como los que se cometen con estos programas realmente delictivos, porque así no se construye ciudadanía.
Esa es la cuestión. Además, el horno no está para bollos.

jueves, 21 de mayo de 2009

El peligro para los periodistas es el mal periodismo

José Reveles/ Zócalo
México D.F., 18 de mayo de 2009

El más grave de los peligros para un periodista no es que termine eje­cutado por el narco o alguna corporación policial (como 45 comunicadores en ocho años de gobierno panista), ni ser desaparecido por la delincuencia organizada o grupos paramilitares fingiendo ser autoridad (otros ocho). Su riesgo mayor es ser inocuo, no transmitir nada que valga la pena. La celada en la que puede caer es ser ineficiente y no trascender más allá de lo boletinesco, y tampoco indagar lo que hay detrás de las verdades oficiales que se reproducen cual hiedra invasora y perversa para sofocar la realidad.
Para todo periodista, el verdadero enemigo es el mal periodismo. Su dilema no está en el “plata o plomo” (corrupción o ejecución), por­que puede eludir esos peligros con armas de profesionalismo, con escudo de honestidad a toda prueba. Hay una condición adicional: que su compromiso esté conectado a las realida­des sociales, a servir de hilo conductor de la ciudadanía y a difundir agravios colectivos o personales que los medios de comunicación masivos omiten. Sin estos atributos, el periodista está liquidado de antemano, así haya acumu­lado fortuna económica mediante esa bien cultivada anorexia comunicativa.
En esencia, esto fue lo que pretendí expresar cuando me preguntó la televisión sobre los riesgos del periodismo en el contexto de la Feria del Libro de Guadalajara, en diciembre pasa­do. Mientras una multitud discurría entre los estantes ubicados en mi­les de metros cuadrados de exposición, estaba yo entre dos acompañantes de lujo: Lydia Cacho (autora de Los demonios del Edén, Con mi hij@ no, Memorias de una infamia y Esta boca es mía, entre otros libros), y Juanita León, también autora de libros e integrante de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, de Colombia.
Recordé hace días esta definición teórica cuando apareció en los me­dios una tragedia informativa práctica. Era domingo para más señas. Todo mundo sabe que escasea la información los fines de semana. Se puso en escena al secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido, diciendo a la prensa que dis­minuyó el número de ejecuciones en México.
En busca de las cifras comparativas que desmintieran tan aventurera declaración, pude constatar en Internet que había no menos de 200 referencias al informe de Rubido, en donde los medios, sin excepción, reproducían tal cual los datos que el funcionario, veterano espía al servicio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ahora funcionario del Partido Acción Nacional (PAN), dio a conocer sin permitir preguntas de la prensa presente.
Cualquiera sabe que los gobiernos, del signo que sean, aman verse en el espejo y son proclives a tratar de que los medios de comunicación comulguen con ruedas de molino diseñadas desde el poder para que, a su vez, la ciudadanía se afilie a una verdad única. En esta ocasión me temo que la autoridad logró su objetivo, pues no hubo una sola opinión disidente de semejante engendro estadístico presentado como gran logro en la “guerra” contra la criminalidad.
Las manipulaciones de Rubido
Estamos ante una mentira y un retroceso en materia de inseguridad presentada como triunfo del bien contra el mal. Pero a todo mundo le pasó de noche. Lo que en esencia afirmó Rubido (y dos semanas antes lo había ex­presado el procurador de la República, Eduardo Medina Mora) es que las ejecuciones en el país disminuyeron 26 por ciento en el primer trimestre de 2009, al pasar de 2 mil 644 a “solamente” mil 960.
El problema está en la manipulación del comparativo. No se refirió Rubido al primer trimestre de 2008, como corresponde a toda estadística que se respete, sino al cuarto (octubre, noviembre y diciembre), cuando se desbocó la violencia a límites jamás alcanzados en la historia, al grado de provocar que, desde el extranjero, se considerara a México un “Estado fallido”.
Basta hacer cuentas. Si la buena noticia es que “sólo” hubo mil 960 ejecuciones en un trimestre, habría que multiplicar por cuatro para llegar a la espantosa cifra de 7 mil 860 (2 mil 200 más crímenes que los cometidos en 2008).
Pero si nos remontamos años atrás, solamente al sexenio de Vicente Fox, la “victoria” cantada por el gobierno resulta más ostensiblemente tramposa: en sólo tres meses de 2009 hubo más homicidios atribuidos a la delincuencia organizada que en todo 2006 (unos mil 700), más del doble que en 2005 (mil 200) y tres veces más en el trimestre de 2009 que en todo 2004.
Hablar de ausencia de visión crítica de los periodistas y sus medios frente a la propaganda oficial disfrazada de información no pretende descalificar, sino estimular la capacidad de ir más allá de lo que nos recetan quienes detentan los poderes (políticos, religiosos, empresariales, sindicales, policiacos, judiciales, culturales y demás).
En contraparte, hay que admitir que cuesta mucho ejercer un periodismo libre, inteligente, autónomo, cuando se tiene enfrente a los propios empresarios de los medios y autoridades que pretenden uniformar tanto las versiones de la información como los análisis de la realidad.
Las cifras de la vergüenza
Agréguense a esta doble y triple jornada de los informadores otros peligros, cada vez más en boga en México pues, como dijo el Ombudsman capitalino, Emilio Álvarez Icaza, “somos el país con mayor vulnerabilidad para el ejercicio periodístico”. Entre esos riesgos, cito:
1. La proliferación de denuncias civiles y penales en contra de medios y reporteros, que no es sino la manipulación abusiva de las leyes para exigir cantidades millonarias a gente de la profesión por supuestamente ofender el honor y la dignidad de políticos y hombres de dinero. En vez de cumplir con su función de informar, analizar y denunciar, los periodistas deben acudir
a juzgados.
2. Opinadores y columnistas de ciertos medios fueron más allá de aquella deplorable y denigrante frase de “Perro no come carne de perro” (para justificar la no intromisión de prensa, radio y televisión en asuntos de periodistas) y se atreven a llamar carroñeros a colegas de otros medios que hacen trabajo de investigación y denuncia. Quienes así opinan se convierten precisamente en eso, en carroñeros al servicio de personajes en el poder. No ocultan que su pluma sirve a una “institucionalidad” que suele ser generosa para sus amigos y cancerberos. Estos que descalifican a periodistas hace mucho que le pusieron tache a grupos sociales sospechosos de disidentes.
3. En nombre de la seguridad del secretario de Seguridad Pública se atropellan derechos de periodistas y camarógrafos que apenas intentaban documentar la construcción de una mansión en Jardines de la Montaña. Se amenaza también al medio (Reporte índigo) y a la reportera (Anabel Hernández) que pillaron con las manos en la masa a Genaro García Luna erigiendo una residencia en una zona exclusiva y con costos de construcción por encima del jugoso salario del funcionario.
4. Se equipara, agrupando a unos y otros en un mismo cajón, a periodistas incómodos y a defensores de derechos humanos, para criminalizarlos y perseguirlos. Y, cuando ya fueron víctimas de alguna agresión extrema, una gruesa capa de impunidad impide investigar cada caso.
Por eso en el primer trimestre de 2009 (y esta no es una información espuria o manipulada) se registraron 69 agresiones a periodistas en 20 de los 32 estados de la República, según reportaron Artículo XIX y el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos). Cada vez en más lugares y con mayor frecuencia e intensidad se perpetran crímenes, agresiones físicas, hostigamientos, detenciones arbitrarias, amenazas de muerte y toda forma de censura contra los trabajadores de los medios de comunicación.
Lo más grave es que, en un contexto de violencia generalizada y creciente como el que vive México, los ataques de los que se hace objeto a los medios y a sus periodistas han perdido visibilidad y pasan inadvertidos, deplora el informe que sobre la situación de la libertad de expresión en el país presentaron una docena de organizaciones a la relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la colombiana Catalina Botero, y al relator para la Libertad de Opinión y Expresión de Naciones Unidas, el guatemalteco Frank la Rué Lewy.
En años recientes, la inmensa mayoría de las agre­siones contra periodistas goza de cabal impunidad. Esto ha llevado, en varias regiones del país, particularmente en el norte, “a un estado generalizado de autocensura”. No aparece para el gobierno, como prioridad, solucionar el tema de las agresiones a la prensa. Aquí hay lógica y tragedia: un régimen que criminaliza la protesta social no puede ver con buenos ojos a medios e informadores que dan voz a cualquier expresión crítica, ya no se diga opositora.
Como los salmones, habrá que persistir a contracorriente de la indiferencia oficial, de la ausencia de justicia, de los detractores que pululan entre presuntos colegas amantes del poder y del billete, de los amagos del crimen organizado y las múltiples policías, de la censura y la autocensura, de los políticos que quieren vasallos y no ciudadanos informados y críticos. Lo peor sería la total inacción y resignarse simplemente a decir: “Aquí nos tocó vivir.”

NOTA: José Reveles es Reportero de Asuntos Es­peciales del periódico El Financiero, autor del libro Las manos sucias del PAN, director fundador de la revista Filo Rojo, colaborador de Zócalo.

sábado, 9 de mayo de 2009

Villalpando ¿en el PRD?

URIEL FLORES AGUAYO
Frente Amplio Social

De la lista de candidatos a diputados federales del PRD en Veracruz, donde a excepción de unos cuantos la mayoría van de relleno o alquilados, sólo faltaba el folklor, que llega con Rafael Hernández Villalpando, candidato en el distrito de Xalapa Urbano. Es la cereza del pastel de la descomposición política y ética en que se encuentra el grupúsculo que controla al PRD local, es la señal definitiva que confirma que el partido del sol azteca tocó fondo.
Tanto en Xalapa como en la mayoría de los distritos de Veracruz, un pequeño grupo decidió las candidaturas sin diagnósticos, análisis, criterios, visión o proyecto político común. Imperó lo faccioso, la ignorancia, el entreguismo, la ocurrencia y el “ahí se va” para determinar sobre los candidatos. Como perredista xalapeño fijo mi postura de deslinde de la candidatura de Villalpando, quién no es merecedor de portar nuestras banderas y no representa, ni por equivocación, las causas por las que siempre hemos luchado en la izquierda:
Villalpando fue el gran beneficiado de la combinación de tres factores políticos claves en la elección local de 1997: En primerísimo lugar el llamado efecto Cárdenas, que como dije en su momento hubiera hecho ganar hasta una vaca; en segundo lugar la concesión y acuerdo de AMLO al licenciado Dante Delgado, quién por esas fechas se encontraba en prisión; en tercer lugar, pero no menos importante, es el respaldo casi unánime que obtuvo de los perredistas xalapeños. Villalpando fue candidato a presidente municipal a pesar de que en las encuestas internas del PRD, que nos fueron mostradas por AMLO, se encontraba en quinto lugar, muy por debajo de militantes serios como los profesores Jorge Lara de la Fraga y Atanasio García Durán; es decir, es producto del “dedazo” de Dante, una vez que éste obtuvo el respaldo de Andrés Manuel. En esa elección el PRD obtuvo la más alta votación de su historia en Veracruz, ganando 59 municipios, entre los cuales, además de Xalapa, estuvieron Tuxpan, Papantla, Cosamaloapan, Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos, entre otros.
Ya como presidente municipal Villalpando fue desleal con el PRD, atacando de manera sucia a sus dirigentes locales y bloqueando las posibilidades de desarrollo de dicho partido. La izquierda xalapeña vió frustrarse unos 18 años de trabajo electoral al haber depositado su confianza en un personaje como Villalpando, quién sin rumbo y lleno de contradicciones acabó huyendo por asuntos legales. Le dimos la mano y nos la mordió.
En el 2005 reapareció públicamente en apoyo de AMLO, a quién prácticamente perseguía por todos lados en búsqueda de su aval para alguna candidatura; todavía en los primeros meses del 2006 se le vió en los actos de campaña del peje. De pronto, de buenas a primeras, aparece como orador principal en el mitin del cierre estatal de campaña que Felipe Calderón, celebró en Xalapa, en unos de los giros más desproporcionados de que se tenga memoria en Veracruz.
Ya instalado en el ambiente panista en el 2007 disputa la candidatura a presidente municipal con Cinthia Lobato, siendo desplazado por quienes lo habían usado como el gran protagonista en la campaña de Felipillo. En otro de esos giros que en él se volvieron costumbre aparece en la candidatura pero del ¡ PT !, la cual resultó fallida por problemas legales.
Estamos ante una trayectoria política pragmática y oportunista que únicamente puede ser recogida por un grupo similar, además de corrupto, como el que simula dirigir y representar al PRD. Seguramente apelarán a lo rentable y competitivo electoralmente para intentar justificar la candidatura de un personaje desleal y traidor. Lo paradójico es que mientras el PRD postula a quién en su momento apoyó la campaña sucia y fraudulenta de Calderón, una perredista histórica, la maestra Gloria Sánchez, se fue como candidata de Convergencia y AMLO, cuyos seguidores tienen la opción de apoyarla o irse al abstencionismo.
No se requiere mayor inteligencia para vaticinar que la campaña de Villalpando, además de los pocos votos que obtenga, va a ser un desastre ideológico, político y ético. En lo personal mi voto será por el partido.

Recadito: El FAS suspende movilizaciones hasta que concluya la crisis de salud en que se encuentra nuestro país.

miércoles, 6 de mayo de 2009

La extraña epidemia

Fernando Escalante Gonzalbo
Infolatam/ México DF, 6 mayo 2009

(Especial para Infolatam).- "La economía mexicana tardará bastante en recuperarse del golpe, sobre todo en el sector turístico. Los funcionarios de la OMS se felicitarán por la eficacia de sus procedimientos para evitar la inminente catástrofe.
Y el gobierno de Felipe Calderón, según las primeras encuestas, ha recuperado credibilidad: hasta un 75 por ciento, por lo visto, piensa que ha actuado con energía y ha hecho lo correcto. En julio hay elecciones".
A quince días del anuncio de la epidemia de gripe -gripe A, gripe porcina, virus N1H1, influenza-es difícil entender lo que ha sucedido en México. O en el resto del mundo. Nada, a la vista de los números, nada parece justificar las reacciones de verdadera histeria de muchos gobiernos, de la Organización Mundial de la Salud. Las cifras confirmadas para los primeros días de mayo, en México: 473 personas contagiadas, la mayoría ya dadas de alta, y alrededor de 20 muertos como consecuencia de la enfermedad que, diagnosticada a tiempo, se cura con un antiviral bastante común y corriente, en un país de cien millones de habitantes.
Sin duda, podría haber habido muchos más casos si no se hubiesen tomado medidas preventivas, pero una epidemia tan devastadora como la que anunciaban los medios de comunicación de todo el mundo habría dado cifras muy diferentes (el número de víctimas, por cierto, alto para una enfermedad curable con cuidados mínimos, no necesita mucha explicación en un país con cuarenta millones de personas bajo el límite de la pobreza).
El país estuvo paralizado casi por completo durante una semana, suspendidas las clases en todos los colegios, cerrados los estadios, los cines, incluso los restaurantes en el Distrito Federal. En Estados Unidos, con unos 300 casos confirmados, en España con casi 60, ni remotamente se piensa en tomar medidas semejantes. ¿Qué sucedió en México? A estas alturas es indiscutible que la reacción de las autoridades fue desproporcionada, también la atención de la prensa internacional o los gestos muy poco amistosos de gobiernos como los de España, Cuba y Argentina, que han aconsejado a sus ciudadanos que no viajen a México o, de plano, han cancelado los vuelos.
Tengo la impresión de que todo ello es resultado de un cóctel muy del nuevo siglo. Para empezar, es obvio y no necesita más explicación, la avidez de los medios, necesitados de noticias cada vez más escandalosas. También el miedo de las sociedades modernas, obsesionadas con la salud, y que querrían lo imposible: tener previsto lo imprevisible, previsto y resuelto de antemano.
El tercer ingrediente, secuela lógica de lo anterior, son los protocolos y pautas de la OMS para casos de epidemias, elaborados tras la amenaza de la gripe aviar de hace cuatro años: muy seguramente las autoridades sanitarias mexicanas no han hecho más que seguir los lineamientos de la OMS, que sin duda sirven para detener una epidemia, pero que tienen otros muchos costos (los que nunca toma en cuenta el médico cuando prescribe un régimen).
Y habrán hecho lo mismo, por cierto, con los aditamentos que exigiera la publicidad local, los gobiernos de España, Cuba y Argentina. Algo más: el miedo del gobierno mexicano de que se le acusase de negligencia o, visto de otro modo, la necesidad de mostrar energía, eficacia, decisión, a dos meses de las elecciones federales para renovar la cámara de diputados. Los medios, la globalización, el miedo, la obsesión por la salud, la democracia, la imagen. Eso, un cóctel del nuevo siglo.
Es muy pronto para sacar cuentas, pero el saldo es bastante dudoso. No sé cómo haya sido en otras partes, pero en México los medios masivos hicieron sin duda un buen negocio: pocas veces habrá habido tanta gente, tanto tiempo, pegada a la televisión en espera de alguna noticia. Según lo más probable, no habrá una pandemia catastrófica ni la humanidad desaparecerá contagiada por los mexicanos.
La economía mexicana tardará bastante en recuperarse del golpe, sobre todo en el sector turístico. Los funcionarios de la OMS se felicitarán por la eficacia de sus procedimientos para evitar la inminente catástrofe. Y el gobierno de Felipe Calderón, según las primeras encuestas, ha recuperado credibilidad: hasta un 75 por ciento, por lo visto, piensa que ha actuado con energía y ha hecho lo correcto. En julio hay elecciones.
Empiezan a circular en México, como es natural, especulaciones sobre los oscuros motivos del gobierno para exagerar la importancia de la crisis sanitaria. Algo parecido se diría si se pudiera sospechar que la había minimizado. Males son del tiempo...

martes, 5 de mayo de 2009

“Ser mamá, el reto de vivir emocionalmente satisfecha”: Laila Anguiano

Opción de Veracruz Virtual
México, DF

Ser madre es el reto más grande, pero sí lo entiendes será la llave para vivir emocionalmente satisfecha.
Este libro tiene el fin de llevarte a la reflexión sobre tu vida como mujer, madre, esposa y profesionista. Sólo aquí logramos platicar abiertamente lo que generalmente se oculta. ¿Quién está diciendo cada día que sufre, se estresa, se preocupa y se siente insatisfecha, aún teniendo la mayor dicha que es criar a sus hijos?
Vivimos en una sociedad en que las personas se definen, sobre todo, por sus actividades y logros. Somos víctimas de nuestras propias agendas. Deseamos competir, demostrar que nuestro hijo hace y sabe de todo.
¿Qué estamos haciendo? ¿Tenemos derecho a quitarles el gusto de disfrutar la vida y el tiempo que les sobra?
Todo lo anterior nos genera distracción, enojo, irritación, melancolía o tristeza, y vivimos estas emociones sin hacer nada al respecto.
Señora mía, debes saber que hay diversidad y a través de anécdotas e historias de otras madres, incluyendo la mía, hemos conocido lo que realmente sucede en esta etapa de vida. Trato de lograr una empatía contigo y hasta un desahogo al poder leer que no eres la única que te desesperas, y que deseas tantas cosas que a veces son difíciles de recibir.
Libérate, ámate y logra el reto de “Ser mamá y vivir emocionalmente satisfecha”.