domingo, 22 de febrero de 2009

Plana Mayor

* Paro del transporte: Revés calderonista

Gaudencio García Rivera/ 12 Horas
Xalapa, Veracruz

“El oro el año pasado subió sin parar/la bolsa agitada gritaba de otros valores/cuerpos extraños se ven, silenciosos, voladores/ quién sabe, observando el futuro del año pasado/El mar casi muere de sed”.

No se trata de ser catastrofistas ni aves de mal augurio, pero lo que viene después del paro nacional de los concesionarios del transporte en 22 estados para exigir el congelamiento del diésel, va a ser el principio —una bola de nieve que va a crecer- de un largo listado de reclamos populares que el gobierno federal calderonista ha sido incapaz para resolver con eficiencia y prontitud en la mesa de negociaciones.
Los gobernadores de extracción tricolor y amarillo, por supuesto, se lavan las manos porque este conflicto con los transportistas —trompo a la uña, pues- le atañe exclusivamente al gobierno federal panista, que desde que empezó a golpear el tsunami económico mundial focalizado de las entrañas del país más poderoso del orbe, ha minimizado como un “catarro” y desestimado mayores acciones anticrisis para proteger el deteriorado poder adquisitivo de las clases populares, desempleados y marginados del desarrollo social.
Más allá de los epítetos, peyorativos y fobias, el primer círculo del gobierno federal conservador debe imprimir mayores medidas fiscales para que los sectores productivos no recurran al despido masivo de trabajadores, estimular al transporte, a la mediana y pequeña micro y a las clase populares, para que los rebotes de la crisis económica mundial sean menos devastadores en los bolsillos de la clase media, de los desempleados y de los sectores desposeídos.
Se requiere mano firme del gobierno calderonista para superar los vendavales económicos, no actitudes timoratas ni mezquinas como las que asume el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, o el propio presidente Calderón -el “ilegitimo”-, para atemperar la concatenación de los problemas sociales que están en puerta. Qué espera el círculo azul calderonista. ¿Qué estallen las revueltas sociales por falta de empleo digno y alimentos?
A los albicelestes les ha quedado grande la silla presidencial. Son pésimos, deficientes, moralinos, patrimonialistas, corruptos, simuladores, autoritarios y protectores de pederastas. Al interior de los estados donde gobiernan, han sido una parodia, una caricatura para garantizar un transporte gratuito y suficiente para la población que se quedó sin servicio el lunes 16 por el paro nacional del transporte público.
En Veracruz, el primer círculo de la clase gobernante solazó la amenaza de la requisa a los concesionarios del transporte local que había hecho éste en el primer paro regional, pues ahora utilizó argumentos legales de peso para no recriminar el movimiento nacional que realizaron en 22 de 31 estados del país y, al contrario, mostró su magnificencia con la población al ofrecer un servicio gratuito de más de 12 mil unidades que se movilizaron en las principales ciudades del estado, bajo el lema de “transporte fiel gratuito”, con el apoyo de la cúpula del PRI.
Los partidos de oposición en está labor “altruista” del gobierno de la fidelidad, brillaron por su ausencia, con la excepción de la cúpula del PAN que puso a disposición 50 unidades para los usuarios, pero con el emblema de color azul para “que no se viera que fue una actitud con fines electoreros”. Mezquinos, a otro perro con otro hueso.
La percepción que tienen los especialistas del tsunami económico mundial y que mantiene en jaque a ricos y a pobres, es desalentadora porque las economías en crecimiento, como la de México, no tardando entrará en el tobogán de la recesión económica, donde urge poner los pies sobre la tierra y activar una cortina anticrisis para evitar revueltas sociales en el país. Hasta ahora los barruntos del escenario nacional no mienten. Es un revés al gobierno calderonista. ¿O no?
Y ante la obcecación y testarudez del gobierno azul de Calderón para revertir precios de los hidrocarburos y de la energía eléctrica, éste martes 24 los concesionarios del transporte público inmovilizarán sus unidades nuevamente casi en todo el país—habrá un caos otra vez por la falta del transporte urbano que lleve a los usuarios a sus fuentes de trabajo-, ante los oídos sordos del gobierno federal para congelar temporalmente los precios del diésel mientras pasa la recesión económica mundial.
Una revuelta nacional contra las mezquinas acciones anticrisis del primer círculo del gobierno federal, no estamos exentos. Recuérdese la sublevación que ha ocurrido en los países sudamericanos. Un movimiento de “charolas” está en puerta. No se trata de ser apocalíptico, pero la realidad social no se quiere visualizar en “tierra de ciegos donde el tuerto es rey”.

* La columna completa puede encontrarla en LA EDICION 52 del Semanario 12 Horas.

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