miércoles, 25 de marzo de 2009

Cosas Pequeñas

MILLONARIOS

Juan Antonio Nemi Dib

La aparición de Joaquín “El Chapo” Guzmán en el lugar 701 del índice de las personas más ricas del mundo que publica la revista FORBES indignó al Gobierno de México. Y no es para menos. Lúcido y oportuno –cualidades que no se ven con frecuencia en las declaraciones de la mayor parte de los actuales funcionarios—, el Procurador General de la República aprovechó su asistencia a Viena, precisamente a la reunión sobre estupefacientes convocada por la ONU, para mostrarse sorprendido y contrariado por el hecho de que se le diera a un “delincuente reconocido” el trato equivalente al de un empresario que opera legalmente.
Con razón, Eduardo Medina Mora dijo que las estimaciones de FORBES “no tienen base alguna y carecen de todo rigor metodológico, son meramente especulativas, ajenas a cálculos objetivos y sin posibilidades de verificación por el simple hecho de su origen clandestino; los delincuentes en cambio tarde o temprano pagan con cárcel o con su vida ser parte de la economía de la muerte, que entraña el narcotráfico".
Hay algunos analistas convencidos de que la apología de “El Chapo” en la influyente revista norteamericana no es gratuita ni coincidencia y suponen que se trata de una estrategia de nuestros vecinos para sujetar a las autoridades mexicanas a nuevos roles y condiciones distintas en la lucha contra la delincuencia organizada de los que han seguido hasta ahora.
Aunque en principio parece superficial y poco seria, esta hipótesis podría tener fundamento, si consideramos que el nuevo gobierno de EUA empezó por proponer al Senado a Gil Kerlikowske como nuevo encargado del Gabinete de Política Nacional de Fiscalización de Drogas, cargo popularmente conocido como “Zar Antidrogas”. Kerlikowske, ha trabajado durante 36 años en el medio policial y de administración de justicia, con sonados éxitos en la ciudad de Búfalo, Nueva York, en Fort Pierce y Port St. Lucie, y, desde el año 2000 en Seattle, de la que fue su más reciente jefe de policía.
Egresado de la Universidad del Sur de Florida y del Instituto para Ejecutivos (escuela para mandos) del FBI, este veterano sirvió también en la Policía Militar de los EUA y fue funcionario del Departamento de Justicia, durante la administración de Clinton. Kerlikowske tiene fama de progresista en la interpretación y aplicación de las leyes, pero por encima de matices ideológicos, las cifras de su desempeño son elocuentes: logró bajar dramáticamente los índices de criminalidad en Seattle, hasta el punto de convertirla en uno de los sitios más seguros de los Estados Unidos. Kerlikowske es conocido por sus ideas respecto de cómo prevenir que los niños se conviertan en criminales.
Su designación fue anunciada directamente por el Vicepresidente Joe Biden en una ceremonia especial; en ella, Biden aprovechó para decir que "el narcotráfico violento amenaza tanto a Estados Unidos como a México" y dijo que Kerlikowske “tendrá que supervisar la estrategia para aumentar el intercambio de información entre las diferentes agencias que combaten el narcotráfico, así como mejorar el sistema para impedir que entren drogas hacia Estados Unidos y armas y dinero hacia México.”
Este discurso implica que México adoptaría sin reservas los nuevos enfoques de la política antidrogas de EUA y, por otro lado, que la gran prioridad de esa lucha es, precisamente, todo lo que ocurre dentro de nuestro país. Sin embargo y por novedosa que sea la propuesta del nuevo gobierno demócrata, no se observa en ella la clave que todos seguimos esperando: el ataque frontal al consumo de enervantes que, inevitablemente, continúa siendo la fuente principal y causa sustantiva del problema. Como lo habría jurado Adam Smith, que mientras haya consumidores, habrá fabricantes y vendedores.
Las implicaciones del enfoque antidrogas de nuestros vecinos no son pocas. Por ejemplo el hecho de que nosotros seguiríamos poniendo los muertos y las instituciones mexicanas serían enfrentadas cada vez con mayor dureza, mientras la lucha contra los distintos grupos delincuenciales y entre ellos mismos se mantuviera acotada al territorio nacional, que es precisamente lo que estaría buscando el gobierno de Obama; por lo menos así lo sostiene el diario español El País, citando a funcionarios de EUA: “Estados Unidos teme que la violencia que azota México, que se ha cobrado alrededor de 7.000 muertes en las guerras entre carteles, se extienda al suroeste de Estados Unidos, donde se han producido secuestros y ejecuciones relacionadas con el negocio de la droga”.
Por eso no parece una hipótesis ligera la de que EUA empieza combinar sus reiterados homenajes al Gobierno de Felipe Calderón (cuya guerra contra la delincuencia organizada han llegado a calificar de “heroica”) con mensajes más o menos sutiles en el sentido de que las redes delincuenciales de “El Chapo” Guzmán –y muchos otros— son más eficientes y productivas que las instituciones responsables de combatirlas, lo que se desprende muy claramente de la publicación de FORBES y su apología de la fortuna de un mil millones de dólares que habría logrado acumular el capo sinaloense con su acción delincuencial.
Pero aún suponiendo que la inclusión del “millonario número 701” en la lista anual de FORBES hubiese sido un accidente, sin conexión directa con la política oficial del Gobierno de EUA, no deja de ser absurda e incongruente, como lo dijo puntual el Procurador Medina Mora :“Forbes hace una apología del delito y de un criminal al atribuir a sus actividades ilícitas márgenes de lucro formulados sobre meras conjeturas; con ello equipara de manera involuntaria quizá pero en todo caso deplorable la actividad de un delincuente, perseguido en México y en el extranjero, con la de empresarios honestos que operan en la economía legal”.
Yo no aseguraría que todos los que aparecen en semejante listado de multimillonarios posean las prendas morales a las que Medina Mora se refiere y también me pregunto cuántas de esas fortunas se construyeron no sólo legalmente sino con base en principios éticos ajenos al abuso, al privilegio y al lucro desmedido; pero estas preguntas no tienen cabida en nuestro mundo en donde lo importante es tener, acumular, no importa como. Por lo menos, en la óptica de FORBES.
Afortunadamente, el Procurador piensa distinto: “Jamás aceptaré que un criminal pueda o sea reconocido como alguien destacado, aun sea por una revista como FORBES. Esa persona pagará con cárcel el daño que le ha causado a la sociedad mexicana y a las gentes de otras naciones. Ese es su destino".

antonionemi@gmail.com

No hay comentarios: