domingo, 31 de enero de 2010

PLANA MAYOR

• “Democracia dirigida”: la suma de la partidocracia

Gaudencio García Rivera

“Me vale ver gatos bravos/ yo no me asusto con nada/soy el patrón de patrones y padre de la perrada /Me vale ver gatos bravos/ yo no me asusto con nada/soy el patrón de patrones /y padre de la perrada/pobre bola de conejos/ me la darán bien clavada/pasados pónganse en fila que la traigo pelada”.

Los veracruzanos, una vez más asistimos al sórdido espectáculo círquense de la “democracia dirigida” –la frase célebre de moda impuesta en el país por el entonces líder nacional del PRI, Carlos Sansores Pérez-, donde las cuatro principales fuerzas políticas del estado deberán de elegir en la víspera de sus cónclaves internos al candidato a gobernador de Veracruz, que estará en disputa en las elecciones del 4 de julio.
El viejo PRI, ayer como hoy –se pensó que se había renovado con la cirugía mayor que le practicaron sus iluminados después de la pérdida del poder presidencial en el 2000 y había aprendido la lección-, ha recurrido a los esquemas oprobiosos y argucias que lo deshonraron en el pasado para perpetuarse en los cargos de elección popular, mientras sus adversarios de las cúpulas del PAN, PRD y Convergencia buscan hasta con la lámpara de Diógenes elegir al mejor candidato que sepulte la hegemonía del tricolor en la entidad.
En una retrospectiva cronológica histórica de los últimos tres sexenios desde Patricio Chirinos Calero, Miguel Alemán Velasco y el actual Fidel Herrera Beltrán, se ha exhibido como el mejor blasón de los gobernantes en turno que la incipiente democracia, por fin, se haya hecho una realidad en Veracruz y que ésta llegara para quedarse. Nunca más los autoritarismos patológicos, ni mandatos déspotas o gobiernos simuladores.
Los veracruzanos, por lo menos los que simpatizan y militan en el partido gobernante, podrían elegir sin ningún resquemor o suspicacia al precandidato que mejor este posicionado en el colectivo imaginario y que garantice el triunfo en las urnas. Pero hay la percepción pública de que la elección interna del PRI, está ya decidida desde el verticalismo del poder público, imponiendo al candidato a gobernador, a alcaldes y diputados locales.
Lo que está por ventilarse en la cúpula del PRI, es una “democracia dirigida”, donde está por imponerse el PRI-dinosaurio –con mayores argucias y trapacerías perfeccionadas-, el trapecismo, el oportunismo, el compadrazgo, el amiguismo y el nepotismo, en claro detrimento de quienes se han forjado desde su juventud en tareas político partidistas en el estado y el país.
Y en contraparte, la oposición emblemática del PRD, PAN y Convergencia –sólo quedan rescoldos, lamentablemente –, se han convertido en una patética partidocracia donde los beneficiados son y han sido los líderes de las cúpulas partidistas, socavando los intereses de los mandantes. En el PRD han forjado sus cotos de poder con singular dobleces los Hérvis, los Brizuela, los Flores y los Bernal, convirtiendo al partido del sol azteca en una caricatura vergonzante porque la representan la antítesis de la democracia.
Y qué decir de los anodinos líderes del PAN. Desde la salida de su maestro César Augusto Leal Angulo en la cúpula estatal del blanquiazul, los Cuevas Vázquez –Alejandro y Alfonso- se han convertido en singulares franquisiatarios del albiceleste desde el entonces gobierno de Patricio Chirinos Calero, Miguel Alemán y dos años de la administración de Fidel Herrera Beltrán, amasando una fortuna incalculable, capitalizando el poder por medio del trapecismo partidista y usufructuando cargos sin el mayor perfil político en el gobierno federal calderonista.
Los incendiarios panistas han estado tejiendo su entramado para imponer desde la cúpula nacional del PAN, vía Los Pinos, como candidato a la gubernatura de Veracruz al megalómano director general del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, pisoteando las reglas y normas del blanquiazul –por encima de los demás aspirantes Gerardo Buganza Salmerón y Juan Bueno Torio-, para lograr expulsar del palacio de gobierno al viejo PRI que ha vuelto por sus fueros y sus glorias del pasado. No que muy democráticos los moralinos albicecelestes, a quién quieren sorprender, a otro perro con ese hueso.
Convergencia tampoco es la excepción. Un partido político nuevo, creado por un ex priista de viejo cuño, Dante Delgado Rannauro, un político resentido con la clase político que abanderó el rijoso Miguel Ángel Yunes y Patricio Chirinos por haberlo llevado a prisión en 1992 por los presuntos delitos de peculado e incumplimiento de un deber legal. Dejó y alimentó una estructura partidaria con la idea de formar una alianza política que lo lleve a disputar la gubernatura y, de aplastar a sus oponentes el 4 de julio, estaría dirigiendo la batuta gubernamental del 2010 al 2016, incluyendo al propio Miguel Ángel.
Los cuatro partidos políticos practican una democracia cupular, con sentido partidocrático. Los adversarios del tricolor quisieran expulsar, aliados con el enemigo común, de la hegemonía terrenal al tricolor en la silla gubernamental donde ha permanecido invicto en la batalla electoral, pues ha pesar de que en el 2004 los iluminados conspiraron contra el partido en el poder y el candidato y hoy gobernador FHB y estuvo a punto de morder el polvo, éste se levantó como el ave Fénix.
Hoy, el tricolor está fresco e imbatible con sendos triunfos arrolladores en 2007 y 2009 que lo colocó en el pedestal de la gloria y el laurel, aunque su retorno al poder para reconquistar presidencias municipales y diputaciones locales no haya sido lo más ortodoxo y aseado del quehacer político –hicieron su aparición con singular cinismo el dedazo, el tráfico de influencias, el trapecismo y un etc., etc.-, puesto este tipo de pandemias que se supone ya se habían superado es lo que preocupa a la clase priista y a los aspirantes para suceder al político de Nopaltepec.
La cúpula del PRI enfrentará el peor dilema interno que garantice la credibilidad, imparcialidad, equidad y certidumbre de su militancia para elegir al sucesor del tribuno de Nopaltepec: se renova y acepta la democracia sin medias tintas que reclaman sus militantes para evitar que se mine la unidad priista, que piden los aspirantes del abanico sucesorio, o estamos de vuelta ante el anquilosado sistema autoritario del pasado. La historia, la nueva historia, está por escribirse y, los perdedores están por someter al banquillo de los acusados a los simuladores de la “democracia dirigida” que es fomentada en los entramados del poder público.
Lástima que a los veracruzanos nos falte cultura por la democracia, con todos sus riesgos y desafíos que encara ejercerla con todas sus letras. Ahí está el quid.

Comentarios: gau41@hotmail.com o gaude55@yahoo.com.mx

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