TIERRA DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez
Hace unos días un amigo me preguntó por qué la corrupción no tiene color, ni raza, ni sexo y mucho menos religión. No supe qué contestarle, harto estoy de esa palabra y lo que implica. Pero ahora que lo recuerdo, me digo que también la inseguridad no tiene color, ni raza, ni sexo, ni religión, barre parejo y hasta se lleva entre las patas a inocentes. Es decir, quién puede negarlo, lo único seguro en México es la inseguridad, pa’ ya no hablar de la corrupción y anexas que todo mundo conocemos.
Pero no pasa nada. A según el Presi Calderón dijo que hay un problema de percepción sobre la inseguridad, son los medios de comunicación los que propagan en primera plana los mensajes de los narcotraficantes. ¿Ven? No pasa nada, sólo es cuestión de apreciación, de impresión, vaya, de vista y yo que estoy cegueta, pos realmente no pasa nada. Ajá, y la nieve de qué sabor.
Entonces, eso que le pasó a la esposa de mi cuate Marco Tulio Aguilera Garramuño, es un asunto de enfoque, a según el cristal con que se mire, es decir, puede estar el vaso medio lleno o medio vacío, que cada quien hable a según como le fue en la feria, dijera mi abuelita. ¡A qué cabrón!
Cierto, mi estimado Garramuño, “ahora me pregunto: ¿será que alguien, alguien del gobierno, de la “justicia”… tenga la decencia de disculparse porque una civil, una persona honrada que se dedica a su trabajo, su familia, el deporte y la literatura, se la detuvo con violencia, se la esposó, se la fichó, se la sacó en fotos de los diarios como si fuera una criminal?”
Tons, la inseguridad segura se carcajea de todos. Pedro Peña González (padre de Pedro Peña Araujo, asesinado junto con Omar Socorro Amaro en días pasados vaya a usted a saber por qué) dijo: “Pedir justicia ¿para qué? Que las autoridades hagan su trabajo, no necesito pedir justicia, ellos tienen que hacerlo”. Ahorita, ‘perense. Y sobre este mismo caso, el secretario del Consejo del Camino Campo Nuevo-Romero Rubio, Abraham Vargas Lozada, manifestó que “es una inseguridad que crece cada vez más, a eso le echamos la culpa, a la inseguridad”, mientras que el presidente de la Red de Estudiantes Veracruzanos, Flavio Muñoz Murrieta, sostuvo que “es una inseguridad que ya no se puede negar, no se puede negar que los delincuentes están en Veracruz trabajando, operando y pagamos los inocentes lo que las autoridades no pueden erradicar”. (Imagen del Golfo/25 de febrero/2010).
Pero qué barbaridad, y dale con la inseguridad. Pongámonos unos lentos oscuros y verán que no pasa nada, amén de que realmente mañana amanezcamos nosotros mismos o uno de nuestros familiares tirado en la calle, no de borracho, claro, o mínimo hayamos sido objeto de la cruenta, malvada y estúpida inseguridad. Tons sí, a gritar: “¡No manchen, cabrones! ¡Ya basta!”. Ahí se las dejo…
Los días y los temas
Entre tanta cosa mala, a veces no nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor y perdemos de vista, con lentes o sin ellos, lo poco de lo bueno que pasa en la vida. Ante tanta indiferencia, olvidamos nuestra capacidad de asombro y sensibilidad… ¿Pero qué les tengo que decir con esto? Chin, ya me perdí. El caso es que aplaudo la aprobación, por parte de la LXI Legislatura Local, de dos leyes que ojalá realmente sirvan para lo que fueron creadas, y el esfuerzo, talento y entusiasmo de los diputado Fernando González Arroyo y Dalia Pérez Castañeda no quede sólo en papel y buenas intenciones. Sería un desperdicio.
Cierto, diputado González Arroyo, “antes que los intereses de partido, están los derechos y los intereses de los veracruzanos”, y la nueva Ley para la Integración de las Personas con Discapacidad, en cuyo contenido están sus propuestas, es prueba de ello.
Cierto, diputada Dalia Pérez Castañeda, con la Ley para el Desarrollo Cultural del Estado –que se logró gracias a su preocupación porque Veracruz cuente con un marco jurídico que impulse y genere un entorno favorable a la cultura-, se da garantías legales a la ciudadanía hacia el ejercicio pleno de sus derechos culturales. Enhorabuena.
De cinismo y anexas
A esta sección le cae como anillo al dedo la declaración del Presi Calderón: “Yo veo en el 2030 a México, no en los paradigmas o calificativos del subdesarrollo; es decir, que dejamos atrás la condición de una sociedad pobre y sin oportunidades, sino que, al contrario, para entonces yo espero que hayamos tomado ya una ruta muy definida de progreso, de crecimiento económico con justicia, con generación de empleo que aumente año con año el ingreso per cápita de los mexicanos y lo distribuya mejor”. ¡Órale, dijera Brozo, pos este de cuál fumó!
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx
Jorge Arturo Rodríguez
Hace unos días un amigo me preguntó por qué la corrupción no tiene color, ni raza, ni sexo y mucho menos religión. No supe qué contestarle, harto estoy de esa palabra y lo que implica. Pero ahora que lo recuerdo, me digo que también la inseguridad no tiene color, ni raza, ni sexo, ni religión, barre parejo y hasta se lleva entre las patas a inocentes. Es decir, quién puede negarlo, lo único seguro en México es la inseguridad, pa’ ya no hablar de la corrupción y anexas que todo mundo conocemos.
Pero no pasa nada. A según el Presi Calderón dijo que hay un problema de percepción sobre la inseguridad, son los medios de comunicación los que propagan en primera plana los mensajes de los narcotraficantes. ¿Ven? No pasa nada, sólo es cuestión de apreciación, de impresión, vaya, de vista y yo que estoy cegueta, pos realmente no pasa nada. Ajá, y la nieve de qué sabor.
Entonces, eso que le pasó a la esposa de mi cuate Marco Tulio Aguilera Garramuño, es un asunto de enfoque, a según el cristal con que se mire, es decir, puede estar el vaso medio lleno o medio vacío, que cada quien hable a según como le fue en la feria, dijera mi abuelita. ¡A qué cabrón!
Cierto, mi estimado Garramuño, “ahora me pregunto: ¿será que alguien, alguien del gobierno, de la “justicia”… tenga la decencia de disculparse porque una civil, una persona honrada que se dedica a su trabajo, su familia, el deporte y la literatura, se la detuvo con violencia, se la esposó, se la fichó, se la sacó en fotos de los diarios como si fuera una criminal?”
Tons, la inseguridad segura se carcajea de todos. Pedro Peña González (padre de Pedro Peña Araujo, asesinado junto con Omar Socorro Amaro en días pasados vaya a usted a saber por qué) dijo: “Pedir justicia ¿para qué? Que las autoridades hagan su trabajo, no necesito pedir justicia, ellos tienen que hacerlo”. Ahorita, ‘perense. Y sobre este mismo caso, el secretario del Consejo del Camino Campo Nuevo-Romero Rubio, Abraham Vargas Lozada, manifestó que “es una inseguridad que crece cada vez más, a eso le echamos la culpa, a la inseguridad”, mientras que el presidente de la Red de Estudiantes Veracruzanos, Flavio Muñoz Murrieta, sostuvo que “es una inseguridad que ya no se puede negar, no se puede negar que los delincuentes están en Veracruz trabajando, operando y pagamos los inocentes lo que las autoridades no pueden erradicar”. (Imagen del Golfo/25 de febrero/2010).
Pero qué barbaridad, y dale con la inseguridad. Pongámonos unos lentos oscuros y verán que no pasa nada, amén de que realmente mañana amanezcamos nosotros mismos o uno de nuestros familiares tirado en la calle, no de borracho, claro, o mínimo hayamos sido objeto de la cruenta, malvada y estúpida inseguridad. Tons sí, a gritar: “¡No manchen, cabrones! ¡Ya basta!”. Ahí se las dejo…
Los días y los temas
Entre tanta cosa mala, a veces no nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor y perdemos de vista, con lentes o sin ellos, lo poco de lo bueno que pasa en la vida. Ante tanta indiferencia, olvidamos nuestra capacidad de asombro y sensibilidad… ¿Pero qué les tengo que decir con esto? Chin, ya me perdí. El caso es que aplaudo la aprobación, por parte de la LXI Legislatura Local, de dos leyes que ojalá realmente sirvan para lo que fueron creadas, y el esfuerzo, talento y entusiasmo de los diputado Fernando González Arroyo y Dalia Pérez Castañeda no quede sólo en papel y buenas intenciones. Sería un desperdicio.
Cierto, diputado González Arroyo, “antes que los intereses de partido, están los derechos y los intereses de los veracruzanos”, y la nueva Ley para la Integración de las Personas con Discapacidad, en cuyo contenido están sus propuestas, es prueba de ello.
Cierto, diputada Dalia Pérez Castañeda, con la Ley para el Desarrollo Cultural del Estado –que se logró gracias a su preocupación porque Veracruz cuente con un marco jurídico que impulse y genere un entorno favorable a la cultura-, se da garantías legales a la ciudadanía hacia el ejercicio pleno de sus derechos culturales. Enhorabuena.
De cinismo y anexas
A esta sección le cae como anillo al dedo la declaración del Presi Calderón: “Yo veo en el 2030 a México, no en los paradigmas o calificativos del subdesarrollo; es decir, que dejamos atrás la condición de una sociedad pobre y sin oportunidades, sino que, al contrario, para entonces yo espero que hayamos tomado ya una ruta muy definida de progreso, de crecimiento económico con justicia, con generación de empleo que aumente año con año el ingreso per cápita de los mexicanos y lo distribuya mejor”. ¡Órale, dijera Brozo, pos este de cuál fumó!
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx
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